MI TESOOOORO

Tanto tiempo hace que elegimos las alianzas que ya no recordamos cómo eran!!!

Corría el mes de Abril y, coincidiendo con los días de descanso del novio por la Feria y olé, aprovechamos para tantear los comercios en Dos Hermanas en busca de las alianzas, que serán regalo del mejor hermano del novio, avalado por la mejor madre del novio. Por ello, el matrimonio Claro-Ponce ya se había pateado infinidad de joyerías, tiendas de empeño, trastiendas, puestos ambulantes e, incluso, fueron en busca del dorado. Puede decirse que habían realizado un exhaustivo análisis del mercado "lianzil y jarril".
No obstante, esa hermosa tarde que quedamos, nos dimos cuenta que vista una joyería, vistas todas, porque en todas nos despedían diciendo: "Esto es lo que tenemos, pero cualquier diseño que se os ocurra se encarga sin problemas". Es increíble, pero cuando uno está preparando su boda se siente súper capacitado para cualquier cosa, en todos los sitios se pueden hacer realidad tus diseños de joyas, de adornos florales, de vestidos de novi@, etc. Pero, ¿qué diseños? ¡Si los expertos no somos nosotros!!!

En fin, el caso es que esa tarde, después de ver 15 joyerías y ser las 20:55 h, la madre del novio insistía, "nos da tiempo de ver más lianzas, es pronto". Pero la novia, que había salido con una idea más o menos clara -antojada de la alianza de una compañera de trabajo-, cada vez lo veía menos claro.

Mención aparte merece el tema que se iniciaba con un "enséñeme usted las jarritas", de la madre del novio; que ya en la última joyería remató el padre del novio con un "¡póngamelas a mí de cervecita!"

La tarde terminó en tablas. Los novios decidieron que necesitaban tiempo para asentar tanta joya en sus pequeñas mentes, pero eso se volvió en su contra. Esa noche, los chikitines durmieron mal. En sueños balbuceaban: "oro blanco... amarillo.... rojo... diseño italiano... clásicas..." ¡Qué agobio!

Poco tiempo después, esa muchacha que saluda a todo el pueblo, que sabe nuestros nombres sin conocernos y conoce los gustos de tod@s y que trabaja en una joyería, mostró a chikitina algo sencillo y único. ¡Mi tesoro!- gritó chikitina al verlo.

Por fin teníamos alianzas. Qué agusto nos quedamos. Pero ahora, después de dos meses, estamos tristes y compungidos, pues no tenemos ni la más remota idea de qué aspecto tenían!!
C'est la vie